Jesus Villalobos Perez

Se nos fue Lito, el del chocolate sabrosito, el de los videos, el Santa Claus de toda mi vida, el mayor fan de Pedro Infante, el que me llevaba al kínder de chiquita y le gustaba ponerme celosa con las señoras que pasaban, el que llegaba a todos lados y era querido, el alma de las fiestas, el de los chistes, el mejor cocinero, el que siempre estaba viendo una película, el que nos hablaba con su “sht sht” y su dedito doblado, el que no más aprendio como pedir sus cigarritos en Inglés y con eso era feliz, el que quería tanto a su Lichita la de los sombreros, sus hijos, nietos y bisnietos y si le sigo nunca acabo con todo lo que hacías abuelito.  Pero sobre todo se fue el que nos daba esperanzas y fe cuando los médicos lo desahuciaban y el se aferraba tanto a la vida que nos duraba mucho tiempo más, disfrutaste tanto tu vida y eras tan feliz que no querías irte y agradezco tanto que me permitiste verte una vez más en diciembre aunque todos decían que no pasabas de ese mes y le regalaste a mis tíos y primos la oportunidad de verte una vez más vestido de Santa, pudiste pasar más tiempo del que te decían con todos tus hijos juntos y me dejaste hablar contigo días antes de irte, agradezco a Dios que no sufriste y por que me toco crecer contigo y tenerte a mi lado.

Ojalá te hubiera podido abrazar una vez más y estar cerca de ti, te mando un abrazo hasta el cielo, abrázame siempre por favor.

“TE QUIERO UN CHINGO DE AMADRE HASTO EL CIELO,” nos enseñaste a todos tus nietos desde chiquitos a decirte así y te gustaba que siempre te lo dijéramos, hoy te lo digo con toda la tristeza de saber que a partir de ahora sí es hasta el cielo y me quedo con todos los momentos bonitos